martes, 16 de octubre de 2012

Compromiso

Simone siempre ha llorado en las bodas y a pesar de toda la esencia de alegría exprimida en sus ojos ante el compromiso de dos amantes, nunca pensó que se casaría.

El suyo no fue  un matrimonio para complacer a la familia, montar la casa, pagar la luna de miel o deducir impuestos en la declaración de la renta. Su boda fue una declaración de amor: fue querer proclamar que en ella también vivía el sentimiento madre y que era una más de las elegidas para darle vida. Pura y simple declaración de amor y respeto al ser querido.

Su pareja no se lo tomó demasiado bien. El anillo en el anular derecho de Simone le hacía desviar la mirada hacia su mano homónima para encontrarse con su anular desnudo. Tardó mucho en comprender su necesidad de casarse a solas pero finalmente entendió que para comprometerse con él primero tendría que ser capaz de comprometerse con la persona a la que más ama: con ella misma.

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